2016: Crítica de Rodolfo Izaguirre, El Nacional, Caracas, 2016

«Una hermosa definición asegura que la danza es lo que queda en elaire después que el bailarín pasó por él. Cuando este debe retirarsepuede continuar su vida profesional como maestro o coreógrafo perono puede evitar que, como bailarín, un manto de olvido lo cubra y loaparte de la escena. ¡Pero no es así! Hay una memoria corporal quepersiste en él y se resiste al tiempo aunque no pueda mostrarse enlos escenarios. En un afortunado intento por demostrar lapersistencia de esa memoria, el coreógrafo Leyson Ponce,inspirándose en un breve relato de Rómulo Gallegos titulado “Lahora menguada” ha reunido a dos leyendas, pioneras de la danza:Graciela Henríquez y Sonia Sanoja, ambas un poco más queoctogenarias, en una hermosa obra de drama y movimiento».

Rodolfo Izaguirre

El Nacional, Caracas, Venezuela. 2016

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *